6 de agosto de 2005

Un enigma y un café


Recientemente conocí a un tipo bien enigmático. 
Aquel día, salí de la oficina y llamé a uno de mis mejores nuevos amigos para tomarnos algo. Salimos a un sitio agradable y en la cháchara me dice tienes que conocer a un pana que llegó de Caracas, yo le dije bueno dale… Se puso en contacto con él y llegó donde estábamos.
Primera impresión…???, realmente pocas cosas me impresionan, pero, me llamó la atención su actitud, considerando el poco nivel de aceptación que tiene la gente en la ciudad donde vivo y de donde él es oriundo, respecto a un tipo que lucía unas trenzas "dreadlocks", es decir, un aspecto bien rastafari.
Tengo que confesar que particularmente a mi me gustó ese toque delicadamente misterioso que observé…
Desde el momento que nos presentaron, entablamos una buena conversación, hablamos de cualquier cosa, intercambiamos, teléfonos, mails y direcciones de blog, para finalmente ofrecerse a acompañarme a mi casa de regreso; a lo cual acepté sin pena alguna.
Llegó la hora de la despedida y como lo prometido es deuda, me escoltó hasta mi dulce hogar, nos despedimos y quedamos en mantenernos en contacto.

Pasados los días, nos encontramos en el messenger y compartimos unas palabras, y me dijo que vendría de nuevo a la ciudad a hacer algunas cosas que tenía pendientes.

Llegado el día, ni recordaba que vendría, pero por casualidad andaba nuevamente con el amigo que tenemos en común, quien recibió su llamada para ver si podían encontrarse y saludarse. Llegó al lugar donde estábamos (la casa de una amiga de ellos) y nuevamente tuvimos una buena charla. Recuerdo algo bien específico, la historia de cómo una picada de avispa le hizo reflexionar sobre lo fácil que puede ser morir.
El tenía dolor de cabeza y yo una tensión derivada del exceso de trabajo… Su amiga (la dueña de la casa) de descendencia asiática, manejaba muy bien todo esto de los puntos exactos donde dar masajes para aliviar los dolores, sacó un libro para determinar donde debían ser los de él para su dolencia y los míos para aliviar mi estrés… Con este dato, el personaje de "dreadlocks” comenzó a hacerme unos masajitos bien ricos, aunque por tiempo reducido.
En ese tiempo, el había asomado la posibilidad de partir a Caracas esa noche, pero sin seguridad alguna.
Luego de unas horas de reunión, nos invitaron a cenar y a partir de ese momento comenzó un juego bien extraño, el me escribía en una servilleta preguntas y yo se las respondía:
-él:
¿Qué haremos? -Yo: hijos -él: mándame un mensaje a las 11:00pm -Yo: ok Entre preguntas y respuestas al mejor estilo mudo, pasaron los últimos minutos antes de irnos, nos despedimos hasta una nueva oportunidad y cada uno se fue a su casa.

Estaba yo en mi casa, en pijamas y viendo tele como a las 10 y tantas de la noche y se me ocurrió enviarle un mensaje de texto: “
Que haces?”… respondió: “No son las 11 todavía
-Yo:
Quien pone las reglas? -él: nadie, quieres que nos veamos antes? -él: espero recordar como llegar a tu casa? (otro mensaje)
Antes de que pudiera responderle me llamó, y me dijo que a que hora pasaba por mi, yo me hice la loca porque pensé que era broma de él, que ya iba vía Caracas; además ya era tarde y al día siguiente tenía que trabajar… Pero insistió, paso por tí en un rato, tal como quedamos… lo pensé un poco y decidí que sí quería salir con él a solas para poder descubrir aquello que no deja ver.

Llegó a buscarme y salí con mi pijama y mi cartera, me monté en su carro y nos fuimos a dar unas vueltas por la ciudad, hablando de pocas cosas –en ese momento nos comieron la lengua los ratones-, pero al pasar los minutos la plática se hacía más variada y nutrida. Me contó algunas cosas de su vida y de lo que hacía, me preguntó alguna que otra cosa… y por un momento me sentí reflejada en él, ambos hacemos muchas preguntas hasta dar con lo que queremos saber o con lo que queremos escuchar; y los dos tenemos mala racha en eso del amor…
Me preguntó que porque había aceptado salir con él, a lo que contesté porque quería conocerte, eres súper místico... El me miraba y me decía: “
no te digo una cosa pa` no tener que decirte dos”... ???????????
Luego de unas cuantas horas de rodar, me dijo estar contigo me dio hambre, así que lo acompañé a que se comiera una tremenda hamburguesa como a las 12 de la noche, estando en ese sitio me hizo unos masajitos bien ricos como los que su amiga nos había enseñado, prometiendo hacerme una sesión intensiva en su próximo viaje.
Al salir de allí me dijo, que más podemos hacer y yo le dije lo que tu quieras…
De manera muy perspicaz, me dijo “
haz tomado café gratis a medianoche” respondí que no, y me dijo yo te voy a llevar…
Llegamos a un bingo, yo me sentía súper agradada de su compañía, la gente que estaba en lugar no me importaba y creo que a él mucho menos, me sentía bien estando con él. Llegamos directo al sitio donde despachan el café a los empedernidos jugadores del bingo, y sin más pidió: “d
ame dos con leche”, el amable señor los sirvió.
Yo lo tomo sin azúcar, más sin embargo, él le puso casi cuatro papeletas…
Tomamos nuestras tazitas y nos sentamos descaradamente en una mesa, hablamos sobre filosofía y otros temas, miraba alrededor y me gustaba lo que veía, él y yo, tomando un café en un sitio ruidoso y repleto de gente…

Aunque aún no lo conozco muy bien, porque se ha convertido en un enigma para mi, definitivamente, fue el mejor café de mis días…

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